Frascos de pensamientos Luminosos

02.12.2025

En el bosque encantado de Agnes Granve Ruga, la mente de los niños y niñas tiene forma de cielo.

Hay días que ese cielo está lleno de nubes grises de "no puedo", "me va a salir mal", "nadie me entiende". Y hay otros días que el cielo se llena de soles, estrellas y arcoíris de "sí puedo", "lo voy a intentar", "soy importante".

Hoy, en el Blog de Agnes, vamos a hacer algo muy especial:
crear frascos de pensamientos luminosos para que el cielo de tu cabeza tenga cada vez más luz. 

Es un frasquito de cristal que guarda dentro:

(1) Palabras bonitas sobre ti
(2) Mensajes que te ayudan cuando estás triste o enfadado
(3) Un aroma mágico de aceites esenciales

Cada vez que lo abres y lo hueles, te recuerda algo muy importante:

"Lo que me digo por dentro también es magia.
Y puedo elegir qué magia usar." 

Materiales mágicos

Para hacer tu frasco necesitas:

(1) Un frasquito de cristal con tapa (puede ser de mermelada pequeña)
(2) Papeles blancos y un bolígrafo o rotulador
(3) Un trocito de algodón
(4) Algunos aceites esenciales (por ejemplo):

  • Lavanda (para calma)

  • Naranja (para alegría)

  • Limón (para ponerle energía)
     Un lazo, cuerda o pegatinas para decorar

Pide siempre ayuda a una persona adulta para usar los aceites.

Paso 1: Cazar pensamientos

Antes de escribir, cierra los ojos un momento y pregúntate:

(1) ¿Qué me digo por dentro cuando algo me sale mal
(2) ¿Qué pienso de mí cuando me equivoco
(3) ¿Qué frase me gustaría escuchar cuando estoy triste

Puedes contárselo a la persona adulta que esté contigo. Así los dos entendéis mejor cómo se siente tu corazón.

Paso 2: Escribir pensamientos luminosos

Ahora vamos a escribir frases que sean como linternas dentro de tu cabeza.
No hace falta que sean largas, solo que te hagan bien.

Algunas ideas:

(1) "Estoy aprendiendo, no pasa nada si me equivoco"
(2) "Mi opinión importa"
(3) "Soy valiente aunque tenga miedo"
(4) "Puedo respirar hondo y empezar de nuevo"
(5) "Soy importante para mi familia"
(6) "Puedo pedir ayuda cuando la necesito"
(7) "Hoy voy a hablarme con cariño"

Escribe cada frase en un papel, recórtala y dóblala como si fuera una mini carta secreta.
Puedes hacer entre 7 y 21 papelitos mágicos.

Paso 3: Darle aroma al frasco

Pon el trocito de algodón dentro del frasco.

Luego, con ayuda de una persona adulta, echa encima del algodón:

  • 1 gota de lavanda si quieres más calma

  • 1 gota de naranja si quieres más alegría

  • 1 gota de limón si quieres concentrarte mejor

No hace falta mucho, solo unas gotitas. El frasco no se bebe ni se unta en la piel, solo se huele.

Mientras caen las gotas, puedes decir en voz alta:

"Activo este frasco para recordar mi luz
cuando mi mente se olvide de ella."

Después mete todos los papelitos dentro y cierra el frasco.

Decóralo con un lazo, pegatinas, dibujos… ¡Que se note que es tu frasco mágico y único!

Paso 4: Cómo usar tu frasco cada día

Tu frasco de pensamientos luminosos es un amigo. Puedes usarlo así:

Por la mañana

(1) Abre el frasco
(2) Huele su aroma despacio tres veces
(3) Saca un papel al azar y léelo en voz alta

Esa frase será tu mensaje mágico del día.

Cuando te enfadas o estás triste

(1) Para un momento
(2) Abre el frasco y huele su aroma
(3) Saca uno o dos papelitos y léelos

Puedes respirar hondo mientras piensas:
"Esto es lo que elijo creer de mí ahora."

Antes de dormir

(1) Elige una frase que te guste mucho
(2) Léela suave
(3) Huele el frasco y déjalo en tu mesita

Es como decirle a tu mente:
"Buenas noches, hoy quiero soñar con cosas bonitas sobre mí." 🌙

Cambiar y añadir magia

Con el tiempo, puede que quieras:

(1) Añadir nuevas frases que encajen con lo que estás viviendo
(2) Quitar alguna frase que ya sientas muy aprendida
(3) Cambiar el aceite para otro aroma que te guste más

Tu frasco crece contigo. Cambia igual que tú cambias por dentro.

Palabras mágicas finales

Los frascos de pensamientos luminosos no hacen desaparecer las emociones difíciles, pero sí te ayudan a recordar tu fuerza y tu valor cuando lo estás pasando regular.

Cada vez que lo abras, piensa:

"Lo que pienso de mí también es magia.
Y yo decido que mi magia sea bonita."